A fines del año pasado el Congreso Nacional Argentino, tuvo la oportunidad histórica de dar un salto en la calidad de nuestra democracia y un gesto hacia la lucha de las mujeres contra la desigualdad estructural. Luego de un año de trabajo para lograr su tratamiento legislativo, tanto el Senado como la Cámara de Diputados, votaron a favor de la paridad de género en las listas, con un único detalle: que la sancionaron en expedientes separados. Y hoy, como caso único de la memoria reciente en trámites parlamentarios, tenemos dos medias sanciones -de paridad-, pero no una ley que la establezca. Por ésta razón, las listas en éstas elecciones legislativas no serán paritarias, salvo que los partidos así lo decidan voluntariamente.
Es importante recordar que en el tratamiento del proyecto de reforma política, al momento de la votación de las cláusulas que incluían la paridad electoral de género -para todas las categorías que se oficializan en listas- resultó que en una Cámara compuesta por 257 miembros, de 222 presentes en el recinto, 214 diputadas y diputados lo hicieran afirmativamente. Esta casi unanimidad, en los números, apareció como una demostración concreta del amplio consenso y voluntad política de todos los bloques y/o partidos políticos en la Cámara Baja, para garantizar la igualdad real en la representación política de las mujeres en éstos cargos electivos. Ese 19 de Octubre de 2016 se realizaba en Argentina el primer paro de mujeres en protesta por la ola de femicidios, especialmente expuesta en el crimen brutal de Lucia Pérez.
Finalmente, el proyecto de reforma política- que incluía la paridad y el voto electrónico-, no fue tratado por el Senado, y la paridad electoral, que en paralelo, también habían sancionado -el mismo día 19 y con exclusividad temática- 54 de 56 senadores y senadoras presentes, tampoco fue tratada por los diputados y diputadas, cuando oportunamente les fue remitida. Con ésta reacción, meramente política, se degradó la lucha transversal por el reconocimiento de éste derecho constitucional, dejando el mensaje de igualdad y paridad sólo en los carteles, que quedaron colgados en las bancas de aquellas sesiones. Una desafortunada devolución al colectivo de lucha por los derechos de las mujeres, que no resiste ningún fundamento sólido en ésta coyuntura, salvo el que finalmente la paridad fue una concesión emotiva y condicionada al cambio un instrumento de votación.
En el Instituto de la Democracia y Elecciones -IDEMOE-, observamos las elecciones con perspectiva de género. Mientras insistiremos en el propósito de que la paridad se convierta en ley; este año nos hemos propuesto, además, reforzar nuestro enfoque en el empoderamiento de las mujeres y profundizarlo en nuestras veedurías electorales. En este sentido, aspiramos a que las autoridades electorales se sumen a esta iniciativa.
Esto implica que estaremos evaluando que las elecciones argentinas, tanto nacionales como provinciales, sean inclusivas, limpias y competitivas con equidad de género. Significa que nos focalizaremos en el grado de participación de las mujeres en todo el proceso, no sólo como integrante la oferta electoral, como candidatas, también como autoridades de mesas y fiscales. Por ello, fijaremos nuestra mirada en los sistemas electorales inequitativos, en la desigualdad en los partidos políticos, la existencia y funcionamiento de las áreas de género al interior de los partidos políticos y si éstos también tornan paritarios sus órganos, reglamentos y cartas orgánicas. También veremos el estreno de la norma de paridad en las provincias de Salta y Buenos Aires, que ya la incorporaron para éstos comicios.
Asimismo, estaremos atentos a las garantías básicas para una campaña electoral igualitaria, si se dan condiciones de equidad en los medios de comunicación entre candidatos hombres y candidatas mujeres, el acceso a los mismos, la cobertura equitativa, y en acceso efectivo a las bancas, en el caso candidatas electas, con especial atención al potencial acoso y a la violencia política dirigida hacia las candidatas y a las electas.
El #8M las mujeres paramos, con paros totales y paros activos, haremos actividades de concientización para evitar la violencia de género y las asimetrías en todos los ámbitos de nuestra sociedad, sean laborales, económicos, sociales, culturales y políticos. Pero vendrá un 9 de marzo. Y a partir de allí no habrá que parar de concretar, con #HechosNoPalabras, lo que nos proponemos dentro de las demandas de #NiUnaMenos.
En las mesas de diálogo que fomentamos en IDEMOE, hay hombres- no solo mujeres- debatiendo, muchos de ellos son paritarios y quieren ser protagonistas de éstos cambios.
En política y dentro de los poderes del Estado nuestro desafío es que se garantice la participación política igualitaria y plena de las mujeres, para alcanzar así una verdadera democracia y respeto por nuestros derechos.
Silvana Yazbek – Directora Ejecutiva – Instituto de la Democracia y Elecciones-IDEMOE-